• Anatomía Personal (2015)

  • Dibujo mientras escucho el dolor (2014)

  • La Imagen Flotante (2014)

martes, 1 de julio de 2014

Dibujo mientras escucho del dolor - 2014

Museo Genaro perez


"Dibujo mientras escucho del dolor"

dibujos - instalación

Nicolás Machado




       

Es posible encontrar el concepto de dolor, encerrado entre los renglones de un libro, una enciclopedia, en revistas de actualidad. ¿Pero el dolor es solamente eso? A veces intentamos explicarlo, con frases tan simples, tan cotidianas: me duele mamá, se me exprime el corazón cuando pienso, es tanto el dolor que tengo, que me cala hasta los huesos. Sin embargo, nunca es suficiente la palabra para transmitir lo que realmente sentimos, ese golpe físico, esa vuelta de emociones, ese remolino de desencuentros, el desamor, la desilusión, las pérdidas. Pero cuando algo duele, no hay duda alguna de que duele, y aunque no sepamos bien cómo es ni cuánto mide, lo sentimos. Y con eso, es suficiente: existe. Ahí está, instalado en nuestra mirada. Es ese que intenta empujar las lágrimas como ríos y también, ese otro que construye diques y represas para que ellas no se vayan. Se lo puede señalar en el centro del pecho, como si fuese una nube de tristezas acumuladas, de angustias sin archivar, de nostalgias que cobran vida. Si uno se descuida, el dolor puede estrangular, atrapar al corazón y dejarlo hecho un bollito de trapo con pocos latidos. Y si el corazón se resiste, el dolor se enoja, y decide apretar las venas, tallar los huesos, hacerse órgano y gritar a los cuatro vientos, que absolutamente nada vale la pena. El dolor puede ser eso: todo el aire del universo, todo el aire de una sola y minúscula célula.
Nicolás Machado busca al dolor, y en esa búsqueda, él se entrega como señuelo, se deja estar en sus manos, lo escucha. Al querer darle una medida, apela a los papeles de dibujo, a estirar un poco más la tela, a ir y volver entre su pasado y el presente. Decide con los proyectores, encandilar al dolor para develar sus misterios, para que le confiese sus formas. Y deja que se derrame, con cada gota de tinta china, con cada pincelada, con cada aguja que atraviesa su piel. Podemos vislumbrar entonces, que el dolor es un tatuaje que todos llevamos en nuestra vida, con o sin tinta. Nos marca, nos perfora, nos hace más fuertes. El dolor nos permite ver más allá de lo que el mundo nos muestra y queremos buscar, hasta encontrar su fin.
En el momento mismo en que nacemos, el mundo nos recibe y nosotros, rompemos en llanto. Quizás, buscar al dolor, es el punto de partida para encontrar la felicidad. Si, ese concepto, que también se puede encontrar encerrado entre los renglones de libros, de enciclopedias. Pero al fin, son conceptos que se palpitan, se viven, corren y fluyen como la sangre por nuestras venas. 


Angie Ferrero



Instalación






Dibujos 2012 / 2013























Técnicas mixtas 2013










Exposición 2014


























viernes, 17 de enero de 2014

La imagen flotante - 2014


Convocatoria 2014 Espacio Cultural Museo de las Mujeres



"La imagen flotante"

Nicolás Machado con curaduría de Verónica Molas


La sombra es fértil, hace surgir de ella cuerpos ganados a la penumbra.

   Nicolás Machado convierte al espacio expositivo en una maquinaria de sombras. Extrañas radiografías humanas (siluetas atrapadas en círculos) proyectan sus dispositivos de construcción artesanal. El mecanismo emana un aire chaplinesco, como de negativo fotográfico, y recuerda a las fabricaciones caseras, a la infancia y los juegos del pasado.
Sin embargo, las imágenes devienen siniestras: las figuras humanas, formas sobrevivientes casi espectrales, se sostienen por sus órganos.
Este proyecto continúa un proceso de indagación en la representación del hombre, y acentúa una connotación mortuoria que ya insinuaba el artista. Algo del ser humano se ha perdido en estas sombras que proyectan los artefactos instalados en secuencia.
En La imagen flotante, la fotografía se escurre en una gráfica, que ésta luego proyecta en líneas (un dibujo), “adelgazando” y haciendo transitar la imagen hacia la sombra, a través de un delicado trabajo de disección.
En Instalación lumínica de sombras (“Simpatía”, Sala de Exposiciones de la UBP, 2013), Machado hacía rodar inquietantes imágenes en un pasillo subterráneo, dialogando con el espacio (suerte de temible callejón de suburbio), no pudiéndose identificar de dónde provenían esas imágenes.
En este tramo del desarrollo de su obra (que comenzó en 2012, cuando asemejó el cuerpo a una sombra que emergía de una trama cuadricular pictórica, como lo demostró en “Orilla”, también en la UBP), el artista cambia el procedimiento.
Un aparato tecnológico sugería aquellas pinturas de “Orilla”, que auscultaba los cuerpos en los que fluían luminosas líneas convirtiéndolos en radiografías sensibles. De esos cuerpos quedaron después sólo las sombras proyectadas en el espacio: la imagen perdió “carnalidad”.
Ahora, la atención está dirigida al mecanismo que genera esas imágenes, mecanismo que se vuelve más transparente en la actual propuesta, más evidente, visible en el propio artefacto. La “obra de arte” sería aquí no sólo la imagen proyectada, también la máquina que cercena el cuerpo. Con La imagen flotante el proyecto se encamina a revelar el origen de la sombra y sus consecuencias para la imagen descarnada.


Verónica Molas
2014